Por:
Nayrobi Terri Segrera
El
poblado avileño de Vicente pocas veces cuenta con opciones recreativas donde la
bebida no es lo esencial para divertirse.
Por
sus calles de tierra roja transitan miles de personas asentadas aquí hace más
de veinte años provenientes de la región oriental de Cuba quienes llegaron en
busca de nuevas posibilidades de empleo para el sustento familiar.
Es
de aquí donde radica la empresa “El mambí” cuyo encargo primario estaba en la
cosecha de la papa aunque en estos momentos también diversificó sus
producciones y es una de las más importantes dentro de la agricultura de Ciego
de Ávila.
Quizás
por estas características de la comunidad y por lo alejada que se encuentra del
centro urbano para sus pobladores resulta extraña la visita de elencos
culturales foráneos. De ahí que sus opciones se reduzcan a un termo de cerveza los
fines de semana y alguna que otra actividad fruto de la imaginación y la
gestión del Presidente del Consejo Popular y de Mariolbis, el Promotor Cultural
de la localidad.
Sin
embargo los miembros de la Unión
de Escritores y Artistas de Cuba en esta central provincia cubana decidieron
impactar en la vida de los habitante de Vicente con el proyecto comunitario “La
tendedera”. Una iniciativa puesta en marcha en el verano pasado y que en esta
ocasión se decidió retomar como parte de la programación estival.
Las
cinco filiales se pusieron en función de aportar ideas para conformar el guión
teniendo en cuentas las características del público y los intereses
institucionales que aportaran al enriquecimiento cultural de la población.
Previo
al día seleccionado se coordinó con los factores y se visitó a la comunidad
llenándola de pancartas con la convocatoria para asistir al encuentro del arte
con el pueblo.
Así
se llegó, en la tarde, hasta Vicente y mientras en el ómnibus se vestían los
artistas con los atuendos propios del espectáculo, Rubén, Mariolbis y Elduys,
instalaban el audio para que todos supieran que ya estaban allí, el artista de
la plástica y actual Presidente de la UNEAC Miguel Chamorro junto a Santos,
especialista del Departamento de promoción, ubicaban los caballetes con la obra
de alguno de los miembros de la filial de plástica y Sandra se acomodaba bajo
un frondoso árbol con sus libros listos para la venta.
El
panorama pintaba desolador. En una esquina el nunca ausente termo de cerveza
con no pocos fieles seguidores, en la otra el punto de ventas gastronómicas
atendía a quienes iban en su búsqueda para saciar la sed o el apetito
vespertino y muy pocos moradores, a decir verdad, nos esperaban.
Pero
había que romper el hielo como decimos los cubanos y fue cuando el conductor,
el poeta repentista Armando López Rondón, hizo su arenga de convocatoria e
invitó a la joven Oristela Pérez Betanzos a interpretar uno de los temas que le
hiciera ganadora en el festival del creador musical Joséito Hernández del
municipio Primero de Enero, “La vida vuela”. Comenzaron a acercarse algunas
personas con la timidez propia de los habitantes del lugar. A ella le siguió el trovador Héctor Luís de
Posada, luego los payasos del guiñol Polichinela atrajeron a los pequeños con
sus juegos de participación. La cuentera Carmen Rodríguez Aronte interpretó uno
de los cuentos de Onelio Jorge Cardoso para dar continuidad al Conjunto Campo
lindo en acompañamiento a la controversia establecida entre Armando López
Rondón y una joven que con su talento supo ponerlo en más de una ocasión en
buenos aprietos para la improvisación.
El
colofón corrió a cargo d el agrupación músico- danzaría “Rumbávila” quien
celebra su PRIMER aniversario y puso a temblar la tarima con sus auténticas
expresiones de la rumba que se bailaba en Ciego de Ávila en la década del 40
con la presencia de José Oviedo (malanga) por estos contornos.
No
faltaron tampoco las fotos recogidas por la cámara del escritor Vasily Mendoza
quien se movía de un lado a otro en busca de los mejores ángulos para captar la
esencia en los rostros de quienes nos acompañaron.
No
fue un gran público en cuanto a número pero se logró el objetivo supremo:
Llevar el arte hasta las comunidades apartadas de la geografía avileña.
Hubo quien expresó “se lo perdieron” pero
pienso que resulta algo utópico pensar en llenar una plaza de un territorio
poco atendido culturalmente y ese es el reto mayor que queda para la Dirección Municipal
y Provincial de cultura: sistematizar el vínculo del talento artístico con
estas regiones desfavorecidas por la distancia.
Por
lo pronto “La tendedera” seguirá su paso hacia otro lugar pues el verano no
termina aún y lo más importante es llegar y dar a conocer que existimos.