viernes, 26 de julio de 2013

Ciriaco: Un gallo que salió de su corral



Por Nayrobi Terri Segrera
Eran las nueve de la mañana y al patio de la sede de la UNEAC de Ciego de Ávila comenzaron a llegar padres, madres, abuelas y abuelos con sus pequeños de la mano.
¿Aquí es donde va a estar el gallo Ciriaco? Preguntaban una y otra vez mientras, por si acaso, ocupaban un sitio entre las sillas del improvisado teatro que los trabajadores de la institución habían armado.
Ante la respuesta positiva el rostro se les iluminaba aun cuando el sol no les daba de frente.
Poco a poco el alboroto infantil fui inundando cada sitio del lugar mientras Rubén, el operador de audio, junto a su tartavia (término que quizás no exista para la Real Academia de la Lengua, pero que define muy bien a la computadora con que trabaja) intentaba poner la música que acompañaría el festín.
De momento el ki- ki- ri- ki llamó la atención de todos y hubo aplausos, gritos y algún que otro llanto de susto al ver ante sí la imagen de un enorme gallo luciendo un atuendo lleno de atractivos colores.
Era Ciriaco, el gallo más cantor de la radio avileña que había salido de su emisora natal Radio Surco para aportar momentos de risa, juegos y canciones infantiles a propósito del “Día de los niños”.
El tiempo para la aclimatación entre el campestre personaje y el público fue tan breve que muy pronto parecía todo el convite de una gran familia.
Los pequeños subían al escenario lo mismo para destrabar la lengua después de descifrar “¿cuántos clavitos clavó carlitos?” como para cantar “ya te olvide” que tanto le gusta a la pequeña y carismática Carla. Aunque a decir verdad no logramos saber si era ella o su abuela María quien más se divertía.
Para satisfacción de los presentes el niño Marcos, de cinco años, se levantó el galardón al mejor cantante. Algo inusual si tenemos en cuenta que son las niñas quienes primero pierden el miedo escénico cuando de hablar por micrófono se trata.
Así entre competencias y acciones de participación el sol fue calentando la mañana sin ningún refrigerio pues nunca llegó el servicio solicitado para la venta de dulces, refrescos y helados a la Empresa municipal de gastronomía.
Más esto no mermó la calidad de la actividad y al concluir padres, madres, abuelas, abuelos junto a sus niñas y niños salían complacidos del espectáculo preguntando a todos ¿Se repetirá?
Esperamos que sí.

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