miércoles, 3 de julio de 2013

Televisión comunitaria vs Globalización



Por: Nayrobi Terri Segrera

En pocas ocasiones al sentarnos frente a la pantalla chica de nuestro televisor disfrutamos a plenitud de un producto audiovisual cubano auténtico.
Lejos de nuestros deseos, nos enfrentamos a malas copias de cadenas televisivas internacionales cuyos patrones, incluido Telesur, resultan completamente ajenos al que hemos construido durante tantas décadas si recordamos que fuimos de los primeros en Latinoamérica en la implementación de tan importante medio de comunicación para el mundo y hasta nos hicimos referente para el resto del continente acerca de la teledifusión de las Telenovelas que hoy cuentan con un publico mayoritario donde la edad y el sexo no intervienen como entes discriminatorios. (Creo que es donde único se diluyen para disfrutar del espectáculo audiovisual).
Sin embargo, mientras otros caminan de manera vertiginosa hacia una Televisión más comercial, Cuba mantiene patrones, algunos anquilosados y otros a manera de proteccionismo, que poco aportan a lo que debemos llamar desarrollo. No obstante gastamos miles de pesos en la confección de programas donde la opinión del consumidor rara vez se tiene en cuenta, principalmente en la realización de aventuras y telenovelas, dejándonos llevar por la ola de un audiovisual post moderno lleno de efectismo y con una locución estereotipada de las grandes cadenas como “Univisión” donde no solo se impone un modelo de vida, distante aún para el cubano, sino una estética visual alejada de nuestro alcance tecnológico.
Por eso cuando tenemos la oportunidad de ver un material de la Televisión Serrana de la provincia de Granma o de la corresponsalía avileña de Florencia sentimos, como agua fresca para los ojos, lo que se transmite: la vida misma y sin tapujos de quienes viven en los campos de Cuba.
Más allá de los cánones establecidos (Buena presencia, dentadura impecable, etc) estos realizadores van más a la esencia misma de los fenómenos que a su forma. De ahí que disfrutemos del modo de hablar, caminar, trabajar y vivir de estas personas, acerca de las cuales al final siempre expresamos, “son gente sana”.
Y no es que el resto estemos enfermos aunque si contaminados de los foráneo de manera casi irreversible.
Muchas veces escuchamos que no podemos negar el desarrollo y en ello coincido al 100% pero desarrollo no contradice autenticidad e identidad y, creo que de eso se trata, de buscar más nuestras raíces y aquellos elementos identitarios si queremos enfrentar la ola globalizadota que envuelve al mundo y por la que nos dejamos arrastrar cual río crecido.
Buscar y encontrar propuestas audiovisuales más efectivas para el disfrute de los ojos y el alma corresponde a quienes nos dedicamos a la realización televisiva en esta isla caribeña ubicada a la entrada de América Latina.
Los aplausos para el espacio de debate, confrontación y diálogo “Zona Franca” de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Ciego de Ávila por centrase en temas como este e invitar al joven realizador florenciano Yaniel Hernández Falla quien, a pesar de su corta edad dentro de los medios de comunicación, ha demostrado tener el tino suficiente para no desprenderse nunca de su origen.

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